06/08/2025
Luciana Navarretta es terapista ocupacional, trabaja con adultos mayores y jóvenes que necesitan de su acompañamiento para mejorar su calidad de vida. En exclusiva, un testimonio que expone el impacto del ajuste, el abandono del Gobierno de Javier Milei y la crudeza de un modelo que, según denuncia, "ataca a la parte de la población que es más vulnerable".
En medio del ajuste impulsado por el Gobierno de Javier Milei, el veto total a la Ley de Emergencia en Discapacidad encendió alarmas en todo el país. La norma, que había sido aprobada por amplia mayoría en el Congreso, buscaba dar respuesta a una crisis que prestadores, familias y profesionales del sector vienen denunciando hace tiempo.
Frente a esta situación, el equipo de redacción de El Bonaerense se contactó con padres, terapeutas y trabajadores de distintas áreas para conocer de primera mano cómo impacta esta medida en la vida cotidiana de miles de personas con discapacidad y en quienes las acompañan.
Luciana Navarretta es licenciada en terapia ocupacional de la UBA, especializada en cuidados paliativos de adultos mayores y acompañamiento a jóvenes con discapacidad, tiene tres posgrados realizados y trabaja en distintas residencias. Además, estudia neuropsicología. "Me interesa mucho lo que es la neurociencia, cuando trabajo con los abuelos el deterioro cognitivo es muy variado", comenta.
Las personas con discapacidad se ven arrasadas por la motosierra de Milei.
CÓMO SOBRELLEVAR UN TRABAJO TAN DEMANDANTE Y POCO REMUNERADOLa profesional se emplea en el sector privado y también presta servicio en obras sociales. "Justo con las que yo trabajo, pagan a 2 meses pero una vez que entras en la rueda, pagan al día, aunque es muy poco. El nomenclador actual no se actualiza desde hace 9 meses", señala.
"Siempre traté de pensar en el bolsillo del otro. Las obras sociales en general no pagan bien. Yo, por suerte, no tengo tantos inconvenientes. En general he vivido siempre de lo que estudié", refleja.
Sin embargo, advierte que "Dedicarte a la salud, es saber que no te vas a hacer millonario. Aunque hoy se ve 'peludo' el tema, al igual que en el gobierno de Mauricio Macri, donde nunca se retocaron los valores. En otros gobiernos no estábamos tan desfasados. Ahora es un asco. Yo tengo que ajustar los tiempos, este trabajo te exige mucho desde lo físico y lo mental".
Para Luciana, las peores gestiones en salud se dieron en los gobiernos de Macri y Milei.
A la hora de atender gente, el trabajo requiere mucho de cada profesional. "Son personas a las que no podés dedicarles solo 3 minutos. Necesitan media hora, 40 minutos, hacer actividades específicas para cada persona, en el lugar de esa persona. Hay días que inició a las 9 de la mañana y termino a las 8 de la noche. Me quema bastante, más aún teniendo familia. Siempre estamos con mucho trabajo, muy mal pago", relata la madre de dos niñas."Mucha gente con la que yo trabajo votó a Milei, y ahora la están pasando mal", lamenta Luciana en relación a la actual crisis sanitaria y económica que atraviesa el país a casi dos años del inicio de la gestión libertaria.
"EL SISTEMA DE SALUD PÚBLICA SIEMPRE ESTUVO EN CRISIS"
Considera la terapista: "Lo que pasa es que depende del Gobierno de turno, del funcionario a cargo y la importancia que le da a la salud de todos y todas. Ahora hay un abandono total sobre el acceso a la salud". Y rememora: "Yo crecí con la gestión de Menem, es muy parecido a esto. El último tiempo fue insostenible, caótico".
De todos modos, no busca politizar la discusión: "No quiero decir que los mejores gobiernos hayan sido peronistas, trato de no ser partidista. Pero en este caso sí: afectan directamente a las personas más vulnerables y que no pueden pagar una obra social". En ese sentido, observa que hay una falta de representación sindical: "Tendríamos que tener un gremio con más influencia, como por ejemplo el de Camioneros, para tener más peso y más voz".
"Las decisiones que tomó este Gobierno han sido lamentables. Se está desfinanciando un derecho básico y humano: el acceso a la salud digna, a poder ser atendido en lugares fidedignos y con una atención de calidad", cuestiona directamente las políticas que se toman desde Casa Rosada.
El pedido de la calle es claro, NO al veto.
"Lo que no entienden los gobernantes es que nuestro cuerpo es nuestro templo. No sirve tener esa mirada capitalista, soberbia y mercantil. La salud debe tener una mirada humanista, que nos involucre a todos. Estoy muy en desacuerdo con todo lo que está sucediendo, es una vergüenza. El problema está en quienes bancan a este gobierno", opina la profesional. Para ella, la culpa también es de la parte del pueblo que sigue apoyando estas políticas.
QUÉ PIERDE EL SECTOR CON EL VETO DE JAVIER MILEI
"A mí me parece vergonzoso. Habría que preguntarle al votante qué piensa que se pierde. Gobiernan solo para cierta gente. Justo atacan a la parte de la población que es más vulnerable, y que no produce. Es decir, no ve personas, solo ve números", cuestiona Luciana.
Y aclara que el Jefe de Estado está muy equivocado porque "Somos sujetos, con diferentes historias, realidades y diferentes necesidades. Si pensás distinto es porque no tenés un familiar que requiere de ciertos cuidados o terapias para mejorar su calidad de vida. No debés tener necesidades económicas y no debés tener la edad. Todos vamos a llegar en algún momento. Hay una fuerte falta de empatía. Nadie se salva solo".
Con este veto, y la decisión del presidente de sostener a toda costa el déficit fiscal, las personas con discapacidad "Pierden calidad de vida, pierden la posibilidad de sentirse parte de alguna comunidad, pierden su voz, básicamente. Si estamos en democracia deberían escucharse y valorarse a todos. Estoy con mucho enojo como profesional y como persona", expresa con molestia, y remata: "Estamos en un momento inflexivo. O se rompe todo o nos ponemos a reflexionar. Así no vamos a ningún lado".
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#Gobierno
no ve #personas,
sólo #números":
el drama de una prestadora tras el veto a la #EmergenciaenDiscapacidad
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Luciana Navarretta es #terapista
ocupacional, trabaja con adultos mayores y jóvenes que necesitan de su
acompañamiento para mejorar su calidad de vida. En... pic.twitter.com/TCD4TGKBHW
La discapacidad no es una excepción: es parte de la vida. Ignorarla, subestimarla o recortarla desde un Excel es deshumanizante. El veto de Milei no solo frena una ley: desnuda un modelo de país que considera a quienes no producen como descartables, y deja a miles de personas -niños, jóvenes, adultos mayores- fuera de todo.
Luciana Navarretta, vecina de Florida, Vicente López, es una de las tantas profesionales que sostienen a diario lo que el Estado deja caer. Viaja en transporte público, trabaja en múltiples centros, carga jornadas interminables y aún así encuentra energía para acompañar a quienes más lo necesitan: personas mayores en situaciones frágiles y jóvenes con discapacidad que dependen del compromiso y la sensibilidad de alguien como ella para mejorar su calidad de vida. Su esfuerzo, como el de tantos, es invisible para un gobierno que mide la salud en términos de rentabilidad.
Mientras desde Casa Rosada se repiten discursos de ajuste y eficiencia, miles pierden acceso a tratamientos, educación, vínculos y dignidad. No se trata de ideologías, se trata de derechos. Y en esta etapa, la discapacidad parece no tener lugar ni voz para ser escuchada. Pero sigue ahí, luchando, resistiendo, exigiendo lo que por ley y por humanidad le corresponde.
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